Cuando se hacen restauraciones muy grandes de la boca, tanto fijas como removibles, el color de los dientes hay que escogerlo siguiendo varios parámetros, tanto la edad, como hábitos, como teniendo en cuenta el resto de los dientes presentes en la boca.
Hay varios tipos de guías de colores, algunas más populares como las de Vita o Chromascop son ampliamente utilizados y existen equivalencias entre ellas. Cada dentista suele usar la guía que mejor le funciona y la que usa el laboratorio con el que trabaja.
A veces ocurre que no estamos de acuerdo con el color utilizado, por ello pediremos un cambio de color. Para evitar esa situación, que puede producir problemas económicos al dentista y molestias de muchos tipos al paciente, incluidas las económicas, debemos escoger el color con el dentista usando un espejo, incluso cambiando de habitación para verlo con distintos tipos de luz. El dentista puede y debe aconsejar el color, pero cuando se duda entre varios colores, el paciente debe ser el que tenga la última palabra, con la responsabilidad sobre ello, ya que si el dentista impone su criterio, puede dar lugar a problemas.
La mayoría de las ocasiones, el cambio de color, no requiere ningún coste para nadie, simplemente cambiando un poco los tonos, todo se soluciona, pero en otros casos que los cambios de color son más radicales, puede haber problemas de protestas y reclamaciones.
Si el dentista no le dio la opción de escoger el color, no hay duda que debería hacerle el cambio de color sin ningún coste, si por el contrario usted escogió el color y dio el visto bueno el dentista, el problema hay que valorar si ha sido del dentista o el protésico dental por no enviar los dientes del mismo color de guía. Es convenientes si ocurre, hacer fotos de la diferencia del color de los dientes y la guía, para que los gastos los pague quien no respetó la guía de colores.
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