miércoles, 18 de junio de 2014

Dentista se enfrenta a 3 años de cárcel por "imprudencia grave"

Visto para sentencia el juicio que se siguió ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Albacete contra un médico estomatólogo, C.C.G., que, según la acusación particular, cometió en 2007 un delito de lesiones por imprudencia grave sobre una paciente a la que intervino para ponerle unos implantes en una primera operación y a la que posteriormente tuvo que realizarle otras dos debido a que sufrió una rotura de la membrana del seno maxilar que le produjo diversas complicaciones.
Para el letrado de la víctima, hubo imprudencia grave y por eso solicitó tres años de prisión, inhabilitación para el ejercicio profesional de dentista por cuatro años y una indemnización. Por su parte, tanto el representante de la Fiscalía como la defensa pidieron la libre absolución al no apreciar indicios de delito en la actuación del facultativo.
Dentista se enfrenta a 3 años de cárcel por "imprudencia grave"
En la vista oral, el acusado, que hoy vive en la ciudad murciana de Cabo de Palos, explicó que intervino a la mujer para elevarle los senos maxilares bilaterales, injertando la dosis adecuada de hueso en la encía para prepararla para futuros implantes, y lo hizo en el sanatorio de El Rosario porque contaba con quirófano. En ese momento, el 26 de octubre de 2007, «todo iba normal».
Contó que la evolución fue bien hasta que la señora le llamó a su móvil para explicarle «que había estornudado y que estaba expulsando algo».
El médico le recetó antibióticos porque pensó que podía ser «restos de sutura», pero en una visita posterior, «ví una fístula y le dije que había que volver a intervenir».
La nueva intervención tuvo lugar en febrero de 2008, en la clínica donde trabajaba, Dental Line, al tratarse «de una intervención menor». Añadió que «por prescripción siguió con antibióticos» pero, «seguía supurando» y programó una tercera intervención para «abrir el seno y rellenar el hueso. El estado y aspecto era bueno».
El procesado afirmó que se tuvo que marchar de la clínica por problemas de impagos y ya no volvió a ver a la paciente. «No era consciente de que tenía un problema».
Por su parte, la mujer explicó el «infierno» que lleva sufriendo desde hace siete años. Ya tras la primera operación «a raíz de quitarme los puntos, me empezó a supurar y a salirme trocitos de hueso. Él me dijo que el organismo rechaza todo lo que había de más y que no me preocupara». La mujer relató que sufrió un goteo continuo por boca y nariz «y eso vuelve loca a la persona más cuerda». Aunque la volvió a intervenir, «y al principio parecía que no supuraba», todo cambió de nuevo.
La víctima tuvo que interrumpir el relato de los hechos por un ataque de ansiedad, enfermedad que sufre a raíz de lo ocurrido y de la que está siendo tratada. Lo peor, según contó, es que ya no volvió a ver al médico y que en la clínica nadie se hacía cargo.
http://www.abc.es/comunidad-castillalamancha/20140614/abcp-dentista-enfrenta-anos-carcel-20140614.html

Bueno, tenemos un caso que tiene de todo. Ya puede adelantar que no hay imprudencia por ningún lado, con los datos conocidos, no tendría sentido que se declara culpable al dentista cuando siempre demostró buena fé, y pudo los medios más que necesarios. Entramos luego en otro tema, que es el de las dentistas que contratan dentistas, hasta que punto el dentista es responsable de un paciente, o es la clínica la responsable que esté bien atendido. El dentista debe tener derecho a poder dejar un trabajo cuando lo vea necesario., nadie puede declarar a un dentista culpable por dejar de trabajar en un lugar donde tiene problemas para cobrar. Todos esperamos que nos paguen a final de mes, y si no lo hacen, puede dedemos poder irnos. La clínica no queda claro hasta que lugar está en la demanda, pero la paciente creo que se ha equivocado cuando puede que hubiera tenido más éxito por la vía civil contra la clínica, apoyándose en que no le dieron los medios necesarios para solucionar el problema.

Falta que por fin se deje claro judicialmente, quien tiene la responsabilidad en tratamientos largos, tanto dentales, como médicos o estéticos. Si el profesional tiene una responsabilidad perpetua aunque no trabaje ya donde realizó la intervención, o si cuando el profesional abandona un puesto de trabajo la clínica es la responsable que siga teniendo un tratamiento adecuado.


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