A veces ocurre que el odontólogo no le es posible identificar el lugar de donde vienen las molestias. Sumado a que el paciente no sabe decir exactamente donde le duele. Puede llegar a producir situaciones indeseables, como la extracción de una muela que no tiene nada o la realización de un tratamiento a una pieza sana.
Es importante intentar localizar la molestia, y tomar el tratamiento, antibióticos/analgésicos/etc, que le receten, ya que ello puede ayudar a que lo molestia sea más localizada.
Radiográficamente ayuda tener una placa donde poder ver la zona, pese a que ello es una ayuda muy importante en la mayoría de las ocasiones, en otras no resulta concluyente, por lo que se necesitan pruebas adicionales. En algunos casos, esas pruebas adicionales pueden llevar un coste adicional, que el dentista debe informar previamente para que no haya sorpresas.
La consulta al profesional debe siempre tener un precio, aunque algunas veces no lo tenga, ya que sus conocimientos son los que marcan la pauta a seguir. Al igual que la consulta, las pruebas deben tener un coste, que luego con la finalización quedan amortizados.
Todo ese material son pruebas para un juicio, tanto para demostrar por parte del paciente que no se hicieron las pruebas necesarias, como demostrar por parte del profesional que se usaron los medios diagnósticos necesarios.
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